La neuroeducación: ¿Qué es?, ¿para qué sirve?, y ¿cómo aplicarla en la
escuela y en casa?
¿Qué es la
neuroeducación, para qué sirve? La
neuroeducación o neurodidáctica es una nueva visión de la enseñanza que se basa
en aportar estrategias y tecnologías educativas centradas en el funcionamiento
del cerebro Esta nueva disciplina educativa fusiona los conocimientos sobre
neurociencia, psicología y educación, con el objetivo de optimizar el proceso
de enseñanza y aprendizaje. Aquí te explicamos todo sobre la neuroeducación:
qué es y para qué sirve. También te damos algunos consejos para aplicar en el
aula y en casa. La neuroeducación cambiará la forma en la que los niños
estudian y aprenden ¡Aprovecha los descubrimientos sobre cómo el cerebro
adquiere nuevos conocimientos para educar mejor!
Factores que intervienen en la neuroeducación:
- La plasticidad cerebral y neurogénesis
Ha sido uno de
los descubrimientos más relevantes en el campo de la neurociencia. El cerebro
es “plástico”, es decir, tiene una gran capacidad de adaptación durante toda la
vida. Además, es capaz de crear constantemente nuevas neuronas y conexiones
entre ellas si se le provee de la estimulación adecuada.
- Las neuronas espejo
Son un grupo
de células cerebrales que se activan tanto cuando realizamos una acción como
cuando observamos a alguien realizarla. Y no solo ocurre con acciones, sino
también con las expresiones emocionales. Por ello se cree que son la base de la
empatía y de la adquisición del lenguaje. Los conocimientos sobre las neuronas
espejo son muy importantes para la neuroeducación o neurodidácticas.
- Emociones y aprendizaje
Interactúan
con los procesos cognitivos, por ello una parte clave de la neuroeducación se
refiere a manejar las emociones para que no solo no interfieran, sino que
beneficien el proceso de aprendizaje. Se pretende enseñar a los niños a ser
conscientes de sus sentimientos y tomar el control de estos y de su conducta.
Es importante que aprendan a reconocer cuando están enfadados, tristes y poder
manejar estas emociones. Además, un alto nivel de estrés dificulta el
aprendizaje, por ello es importante crear un buen clima de aprendizaje, sin
estrés, y enseñarles a manejar la ansiedad.
- Dislexia y trastornos del aprendizaje
Los avances en
trastornos del aprendizaje nos permiten, no solo a aportarles a estos niños un
apoyo personalizado, sino a ofrecerles las mejores herramientas para que
superen sus dificultades.
- Tanto la experiencia como la genética nos influyen
La genética va
a sentar las bases de nuestras habilidades y capacidades, pero la experiencia
va a actuar sobre ello. Los niños puede que tengan una serie de capacidades más
o menos instauradas, que se les dé mejor una cosa que otra, pero esto es algo
que siempre se puede entrenar y modificar.
Neuroeducación y neurodidáctica para educadores
El ámbito más
directo para la aplicación de la neuroeducación o neurodidáctica es, por
supuesto, la escuela. La escuela es el principal ambiente en el que los niños
aprenden.
Los educadores
deben comprender que a partir del conocimiento de cómo es el cerebro, cómo
aprender, procesa, registra, almacena y recuerda la información, para así poder
adaptar su estilo de enseñanza con el fin de optimizar el proceso de
aprendizaje. También deben entender que la estructuración de la clase, sus
actitudes, palabras y emociones influyen enormemente en el desarrollo del
cerebro de sus alumnos y la manera en la que aprenden.
Sabemos que
los conocimientos de neurociencia nos ayudan enormemente en el aula, pero ¿cómo
aplicamos la neuroeducación o neurodidáctica al contexto educativo? Lo básico
es que no se limiten a recibir pasivamente la información, sino que la
manipulen, que participen activamente en su elaboración.
- Crear un clima emocional positivo en el aula
Es muy
importante que los maestros y educadores fomenten un clima positivo en el aula,
donde se muestren cercanos y empáticos con sus estudiantes. Es necesario que
controlen su expresión emocional para que esta sea positiva, y así contagiar a
sus estudiantes. Hay que evitar el estrés excesivo en el aula. Un pequeño nivel
de estrés es necesario para mantener a los estudiantes motivados y activos. Sin
embargo, altos niveles de estrés son perjudiciales para el rendimiento.
- Enseñar con diferentes estilos y desde diversas vías
Podemos
potenciar el aprendizaje de cada alumno utilizando diferentes estilos de
enseñanza, variando las actividades y los materiales. No todos os alumnos
aprenden bien de la misma manera. Unos son más visuales, otros más corporales,
etc. Utilizando imágenes, vídeos, actividades experienciales, interactivas,
musicales… estamos utilizando la neuroeducación para estimular todos los
sentidos.
- Potencia el aprendizaje emocional
La emoción
está muy ligada a la memoria. Aprendemos mucho mejor cuando la información nos
evoca emociones. Por ello, una buena estrategia de neuroeducación, es crear
conexiones emocionales dentro del contexto del temario a enseñar. Estas conexiones
se pueden realizar con actividades específicas que conecten emocionalmente a
los alumnos con el contenido.
- Mantener un entorno físico óptimo
Los alumnos
aprenden mejor en determinados ambientes físicos. Tenemos una gran capacidad visual,
y somos mejores atendiendo estímulos novedosos que de otro tipo. Por ello,
aportando a la estructura del aula una dinámica de cambio, va a ayudar a que
los alumnos atiendan mejor. El cambio,
el orden y la belleza, integrándolo en cada unidad de aprendizaje va a
beneficiar su aprendizaje. Una música tranquila de fondo también puede ayudar a
los alumnos a concentrarse, a relajarse y a sentirse cómodos. Una iluminación
lo más natural posible también contribuye a mantener un espacio óptimo de
aprendizaje. La oscuridad en el aula y las luces fluorescentes que aportan una
iluminación artificial no es lo más adecuado.
- Potencia el aprendizaje significativo
Una buena
estrategia de neuroeducación en el aula es el uso de actividades en el mundo
real, como investigar, diseñar experimentos, crear metáforas, analogías,
examinar patrones de causa-efecto, analizar la perspectiva, realizar
actividades artísticas que estimulen el pensamiento creativo.
- Da feedback
Dar
retroalimentación, decir qué se ha hecho bien y qué se puede mejorar es básico
para orientar el aprendizaje. No sólo vale con poner una nota numérica en los
exámenes o remarcar los errores en rojo. Hay que señalar los errores de forma
concreta, pero también señalar lo que se ha hecho bien. Así motivamos a los
alumnos y damos pautas concretas para que mejore.
Neuroeducación y neurodidáctica para padres
Los padres son
el otro pilar en la educación de los niños. Por tanto, el conocimiento del
funcionamiento del cerebro les va a ayudar a conectar con los niños a nivel
educativo y afectivo. Van a poder motivar a sus hijos a aprender, a desarrollar
todo su potencial y a mantener una salud mental óptima.
- Potencia su aprendizaje cultivando su autoestima
Una autoestima
sana es fundamental para un aprendizaje óptimo. Saber que son capaces, que son
válidos les va a mantener motivados para aprender y esforzarse.
- No frenes su creatividad
No nos damos
cuenta, pero sin querer a veces frenamos la creatividad de nuestros hijos. No
le interrumpas cuando esté jugando solos o estén muy atentos y motivados en
algo. Permite que juegue con otros niños, que hagan actividades al aire libre.
Tampoco es adecuado vigilarles, ya que cuando se sienten observado desaparece
el impulso creativo y se les coarta la libertad de experimentar.
- Ayúdale a aplicar los conocimientos a la realidad
Una buena
estrategia de neuroeducación o neurodidáctica en casa, es que cuando ayudes a
tu hijo con los deberes, ayúdale a ver cómo se puede aplicar eso que están
aprendiendo a la vida real. Así, no solo podrán aprenderlo mejor, sino que
descubrirán la utilidad de esos conocimientos.
- Asegúrate que descansa bien para aprender mejor
Aprender que
un sueño de calidad es fundamental para un rendimiento y un aprendizaje
óptimos. Durante el sueño descansamos y nos restauramos, pero también
consolidamos todo lo aprendido. Así que, una buena estrategia de neuroeducación
es asegurarte, no solo que duerme las horas adecuadas (un niño debería dormir
entre 9 y 10 horas), sino también que su sueño es de calidad.
- Un cuerpo activo aprende mejor
Practicar
actividad física es una buena estrategia de neuroeducación, ya que ayuda a
aprender mejor, porque activa y oxigena el cerebro. Antes y después de aprender
la lección deja a tu hijo que corra, salte o simplemente que pasee. Las
actividades deportivas extraescolares pueden ser una buena opción y, además,
les ayuda a socializar, divertirse, relajarse y a reducir el riesgo de obesidad
infantil.
García A, (2017)